Debería dejar de pensar. Según palabras amigas, no hay que forzarse para escribir. Pero es a lo único que debo un esfuerzo constante.
Desde que comencé a garabatear símbolos, que en mi imaginación eran historias incontables, no he dejado de llenar papeles con trozos de frío, de incomprensión, de dudas, de secretos inconfesables, de amores desbordantes, de luchas sin meta… En el papel resurgía de mí misma, de la sangre que me hervía, de la indiferencia que me mataba. Y la sensación de asomarme a un abismo cada vez que me releía. Sintiéndome avergonzada por lo desnuda que me dejaban las palabras, asombrada o asqueada por lo que encerraba cada una de ellas.
El escribir ha sido la única forma de comunicación en la que me he sentido plena. Sellando emociones y mostrando aquello que no podía transmitir de otra forma.
Pero he evolucionado, como toda persona humana que se precie. Ahora ya no temo los abismos que pueda encerrar en mi interior. Me dedico a meterme a lo más profundo de cada uno, abriéndoles ventanas, cerrándoles puertas, haciendo hogueras, recogiendo cenizas y enterrando temores.
Ahora necesito mirar a los ojos a la persona que quiero confiar lo que guardo para ella. Necesito oírme, sentir que me escuchan, reírme por los errores que disfrazan mi nerviosismo, mi falta de costumbre de hablar de mí.
Necesito que la gente importante en mi vida me hable de mí, ya que nunca les he permitido eso. Necesito saber esa parte de mí, porque me he dado cuenta de que eso es lo que falta. Seguro que podré así seguir abriendo ventanas, cerrando puertas y todo lo que sea menester.
3 comentarios:
Enhorabuena por este paso. Ahora sólo nos queda la duda de cómo dibujarías este desnudo.
We love you so much...
Altan & Victor
Aunque ser amor duela al principio, qué mejor que el calor de los que te quieren para que ese dolor no se note tanto...
mua!
aiss...
ahora es verdad, ya no...
asias apa
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