viernes, 22 de enero de 2010

La nostalgia me ha traído a éste pequeño espacio de la red. Tan olvidado y tan presente.
El insomnio frente a la nostalgia hace que vuelva a teclear palabras, para llenar huecos. Tal vez sea para alejar a la tristeza, tal vez sea una vieja costumbre que debo de retomar, como tisana frente al desasosiego.
No importa, realmente no tiene relevancia.
Podría pasar toda la noche enumerando miles de sentimientos ya vividos, ya pasados, ya olvidados; o tal vez evocar todos aquellos que van naciendo, que se asientan, que emigran, que se olvidan por el camino, que aparecen sin avisar.
Hoy no será el día que lo haga. Hoy tan sólo quería dejar constancia que el corazón no deja de latir, que retoma su propio ritmo y que cada día late con más fuerza y exactitud.


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